Según la cultura del Feng Shui la acumulación de objetos inútiles impiden con firmeza que fluya la energía positiva por la casa. Es decir, el desorden genera caos en nuestras vidas y puede hacernos sentir tristes, fracasados o desorganizados. Puede incluso hacernos sentir pesados físicamente, emocionalmente y también provocarnos cansancio. Su propósito es equilibrar la energía del lugar donde vivimos o trabajamos.